¿Hay un estereotipo trans? ¿Por qué? ¿Hay que seguir ese estereotipo para ser trans, o no? Si no cumplo las características de ese estereotipo, ¿no soy trans?
La respuesta es, los esterotipos existen, ya que la sociedad coge las características generales del grupo de personas del que estamos hablando y decide que la mayoría de gente es así, por tanto, según la sociedad hay que ser así.
Y esto ocurre con todo, y, la transexualidad y el transgenerismo no iba a salvarse. Esto lleva a que muchas personas, aunque sepan que son trans con claridad (o no) duden aún más sobre su identidad de género, y también a que no se les dé credibilidad.
La sociedad ha impuesto que las chicas trans tienen que ser muy femeninas, que haber jugado en su infancia con muñecas y haber visto películas de princesas. Y, por otro lado, los chicos trans tienen que ser muy masculinos, que haber jugado con coches y que les guste el fútbol. Son meros ejemplos, pero que más o menos resumen lo que la sociedad espera de una persona transexual o transgénero.
Luego está, lo que llamo yo el estereotipo #1: haber dicho a los padres y las madres la frase típica «yo quiero ser un niño» o «yo soy un niño», en caso de un chico trans, y al contrario en caso de chica trans.
Y aquí es cuando os digo yo: no hace falta encajar ese estereotipo para ser trans. La mayoría de las personas trans lo encajan, es cierto, pero hay otras personas trans que no lo encajan, y son igual de válidas. No existe un grado de transexualidad o transgenerismo que hay que alcanzar. No hay personas más trans que otras.
Ya sea por miedo, por desconocimiento de la materia, o mil razones diferentes, cada persona trans vive y ha vivido la transexualidad/transgenerismo de una forma diferente. Las personas, dentro de la misma diversidad, también somos diversas.
Me gusta adjuntar a estas explicaciones alguna experiencia personal, así que os comentaré un poco cosas de mí que no encajarían con ese estereotipo del que os vengo hablando.
Yo sí jugaba con coches y jugaba a videojuegos de carreras y cosas del estilo, lo cual sí encajaría con el estereotipo de chico trans. También es cierto que nunca tuve una Barbie, porque no me gustaban en absoluto, lo cual también encaja ahí, y en los típicos juegos de rol, siempre prefería ser chico; aunque tenía que tener confianza con quien estuviese jugando para decidir «hacer de chico», y me encantaba. Me encantaba hacer de chico, y sentía envidia hacia los chicos en cierto modo, yo me decía a mí mismo que quería ser chico, pero no lo manifestaba. Yo nunca le dije a mis padres que «quería ser chico», ni tenía el pelo corto, ni protestaba por las cosas estereotípicas de chica que esperaban de mí. Tampoco soy heterosexual, soy pansexual, cuando según ese estereotipo tenemos que ser heterosexuales. Y, tengo más amigas que amigos.
Es cierto, no sigo ese estereotipo, pero, ¿y qué? Nunca me gustó seguir los estereotipos de todas formas.
Pero no protestaba porque yo no protestaba por nada. Eso no quiere decir que por eso sea menos trans, simplemente que lo viví de otra forma. Me sentía chico y me siento chico, ¿qué ocurre? Yo tenía miedo, como muchxs lo tendréis o habréis tenido, y yo sentía eso pero lo ocultaba, me lo intentaba negar a mí mismo. Es más, intentaba ser más femenino porque pensaba que eso «solucionaría las cosas».
Y no solucionó nada, porque no había nada que solucionar. Soy trans, y ya está, es como soy y no tengo que intentar cambiar; primero, porque no quiero; segundo, porque no puedo; y tercero, porque no tiene nada de malo.
Llegué a pensar que por no encajar ese estereotipo trans en diferentes aspectos no era lo suficientemente trans, que me estaría equivocando o estaría confuso. Pero descubrí que no era el único que no cumplía con cómo se espera que sea una persona trans, y que eso no me quitaba validez.
Os invito a que si queréis compartir situaciones e historias similares lo hagáis aquí abajo en los comentarios, así más personas podrán ver que, dentro de la transexualidad y el transgenerismo, también somos diversxs, y eso no tiene nada de malo.